Enfermedades asociadas a los eosinófilos

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Enfermedades asociadas a los eosinófilos

Los eosinófilos son células blancas que podemos encontrar en la sangre y en los tejidos conectivos; se originan en la médula ósea y por medio de un proceso de maduración, inician su recorrido por el torrente sanguíneo hacia los tejidos correspondiente para cumplir diversas funciones dentro de nuestro organismo, entre ellas la principal, es protegernos de infecciones e inflamaciones.

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Sabiendo esto, hay que destacar que los eosinófilos están entonces vinculados a ciertas enfermedades, como el asma, pues al tratarse de una reacción alérgica, los eosinófilos viajan hacia nuestros pulmones y vías respiratorias, para de esta forma atacar al causante de la infección, ocasionando dificultad para respirar en la persona afectada.

¿Cuándo resultan perjudiciales para el organismo?

Una vez que se ha determinado la alteración de los valores de los eosinófilos (que pueden llegar a ser altos o bajos) se debe estudiar con atención cuál es la enfermedad que se asocia a este. En general, estas son las enfermedades que se asocian a una alta o baja de estas células:

  • Infecciones bacterianas, como el sarampión, en el cual ocurre un drástico aumento de los glóbulos blancos.
  • Infecciones parasitarias: toxoplasmosis, fascioliasis, paludismo…
  • Infecciones micóticas, como Pneumocistis jiroveci y Coccidioidomicosis pulmonar.
  • Alergias: asma bronquial, picaduras de insextos, intolerancia a la lactosa, urticaria… en cualquier caso, el aumento de los eosinófilos una vez que la enfermedad es tratada, se recuperan sus valores normales en unas cuantas semanas.
  • Enfermedades autoinmues de la piel.

Tratamientos

Los tratamientos que llegan a ser utilizados, ya sea por complicaciones en la alta o baja de los eosinófilos, se enfocan en la enfermedad que ha causado el desnivel en la sangre, para de esta forma, lograr recuperar los valores normales en el paciente.