Día 1: Vocación de San Judas Tadeo
Todos los seres humanos estamos llamados a seguir a Cristo. Todos tenemos una vocación aquí en el mundo terrenal. Desde que somos bautizados somos llamados a dar testimonio de Jesús, a seguir su bien ejemplo y practicar todas sus costumbres de buena vida cristiana.
El llamado a seguir a Jesús
Cristo dijo: “El que me sigue no anda en tinieblas”. Desde el momento que somos purificados en el bautismo, dándole muerte a nuestra vida anterior y comenzar una vida, libre de pecado, somos llamados a nuestra nueva vida cristiana y fiel a Dios. Con estas palabras, Nuestro Señor Jesucristo nos exhorta a que imitemos su vida y costumbres si queremos ser librados de la ceguera que abunda en nuestro corazón.
La vocación de San Judas Tadeo
Durante la reflexión del primer día, somos llamados a imitar la vida de sus apóstoles, especialmente, la de su fiel apóstol San judas Tadeo, quien era el más parecido a su Maestro a nivel espiritual.
La vocación de San Judas Tadeo, lo volvería uno de los más obedientes discípulos de Jesús, y en este primer día de oración para que San Judas Tadeo interceda por nosotros ante nuestro Señor, debemos ser conscientes de nuestra vocación, la cual San Judas siguió con honor, predicando su palabra por el mundo, la cual llenaría a su espíritu de valor.
Esto nos invita a ser testimonio de fe de la sagrada palabra de Nuestro Señor para lograr nuestra salvación, un camino que deberá estar lleno de obediencia, paciencia y humildad. Al finalizar la reflexión, se reza un Padre Nuestro y un Ave María, para pedirle a San Judas que nos ayude a imitar a Cristo en la tierra.
